domingo, 21 de junio de 2009

Manos, óxido y sudor

Estoy esperando el llamado.
Hace años.
Hasta hace un instante.
Mientras tensiono los músculos del estómago y lo elevo hacia las sienes.
Comulgándome con migo mismo.
El llamado que debe ser.
Un timbreo que me deje descansar y me alivie.
Y rasgo las cuerdas.
Y algo las escucho.
Y algo me entretiene, pero no tanto.
Sabor a madera de historias y cuentos
y manos, óxido y sudor
Que atrapa sueños que me despiertan.
A veces, lo puedo sentir viniendo veloz, otras lentamente. Pero así y todo, sé que está ahí
Señalándome con el dedo.
Gusta de mí, me desea, me tortura.
Siempre.
Como palabras desarmándose en el viento,
sílaba por sílaba.
Invirtiendo mis golpes en caricias.
Vomitando la noche por la mañana.
Sacudiéndome.
Y revivir.
Es mía.
Otra vez.
Me complace.
Corto y cuelgo.
La vuelvo a mirar.
Necesito, esperar.

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